Con memoria se actúa mejor contra el fuego

Hacemos un repaso a los incendios y angustias sufridas en los últimos días

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Con memoria se actúa mejor contra el fuego
Incendio en la zona de Abejera y Riofrío de Aliste | Foto: Ical
El autor esEnrique De Santiago
Enrique De Santiago
Lectura estimada: 4 min.

En una mañana tranquila, tras pasear con él, nos sentamos en una terraza a tomar un café. Ya los calores tórridos de la habitual ola de calor de agosto están remitiendo y, próximos los finales vacacionales, hacemos un repaso a los incendios y angustias sufridas en los últimos días.

Que si es culpa de las comunidades, que si el gobierno nuevamente falla más que una escopeta de feria, que si los políticos no valen para la prevención, que si nos vamos por el sumidero... en fin, lo típico de este verano angustioso que, como un badajo, se desplaza de la corrupción a la bazofia que nos dirige.        

En este punto sorprende que nuestro Presidente del Gobierno insista en atribuir la ola de calor (que la AEMET no predijo) como elemento desencadenante de los incendios. Sin embargo, en Andalucía, donde el calor es más sofocante e intenso y tiene una importante vegetación, los incendios apenas pasan de ser una anécdota. Mientras, tanto en los campos gallegos, se encuentren objetos incendiarios que sugieren la existencia de otras causas más allá del clima.

En un momento concreto, él con voz tranquila, seria y convencida, me aclara: "¿Sabes cuál es el problema que tenemos en este momento?" Imaginé que me diría que la cuestión es la falta de cuidado de los campos por la intervención de los políticos, el no saber actuar con previsión, la irresponsabilidad del gobernante... yo qué sé, lo normal, en lo que está la discusión pública y la disputa política, pero me golpeó con un: "Nos falta memoria".

Me rompió el esquema y, haciéndole un gesto, requería de él una explicación que procedió a concederme casi sin darme opción siquiera a la mueca que había realizado.

Es simple, me dijo, nos empeñamos en rememorar historias pasadas de hace casi 80 años, que por supuesto no conocimos, no vivimos, que sabemos por la historia que unos y otros pretenden manipular, lo que nos hace pensar que lo correcto será que ni unos ni otros tienen toda la razón, pero olvidamos lo que sucedió ayer, lo que pasó el año pasado o lo que vivimos cuando ETA asesinaba, cuando explotaron los trenes en Atocha, a lo que renunciamos unos y otros para que superásemos la dictadura y se alcanzase una democracia o, al menos, eso parecía escribirse en la Constitución que rubricaron con su voto el 87,8% de los españoles.

Pero, ¿esto qué tiene que ver con los incendios? Ese problema parece que se encuentra en la falta de limpieza de nuestros campos, el abandono del mundo rural, los sinvergüenzas que provocan estos incendios, ora para construir o utilizar la madera y ora para, una vez prohibido ese uso, para montar parques eólicos o solares en su lugar, pero, en definitiva, para especular. En unos políticos que no asumen sus responsabilidades-, en fin, en multitud de factores, pero ¿en la memoria?

Cuando un pueblo pierde la memoria, pierde la perspectiva de lo que fue, de dónde viene y de lo que hizo bien; le falta el recuerdo de lo que pasó, aquello en lo que erró y en lo que acertó. En definitiva, es fácilmente manipulable con grandilocuentes eslóganes o ampulosas afirmaciones sobre el cambio climático, la ecología de salón o la responsabilidad de los ciudadanos; para, con ello, obtener el lucro de las élites que se venden como progres, modernos, científicos o simplemente "sabidos en la materia" y con ello conseguir del "perrito sin alma", como sueles decir tú, la flor de su secreto.

Nos piden que abandonemos nuestras casas para salvar nuestras vidas, vidas que pusieron en peligro ellos con su falta de actuación en el campo, con la falta de apoyo a los agricultores, con legislaciones que exigen lo contrario de lo que la naturaleza precisa, con políticas 'verdes' que impiden limpiar los cauces de los ríos y generan las inundaciones de Valencia, que no permiten cuidar del campo y hacen que el incendio sea más voraz y pertinaz, así como más difícil de parar con los medios que tenemos y que no pueden por no haber previsto tener más; pero de la que nos responsabilizan a nosotros que, según nos requieren, debemos de ser responsables y obedecer ciega y sumisamente a nuestro egregios políticos que acreditan titulaciones y formaciones que jamás podrán presentar bien, por concedidas por profesores que son traídos al pesebre a cambio de sus 'apoyos' o que simplemente falsificaron, copiaron o ni siquiera cursaron, pero que les permite presumir de ellas y dar lecciones a los 'memos' que se formaron, se esforzaron, obtuvieron su posición con su esfuerzo, trabajo, preparación y solvencia.

Si hacemos memoria en Castilla y León se exigió la dimisión del Consejero de Agricultura (D. Gerardo Dueñas) cuando llevaba 3 meses en el cargo, tras el incendio de la Sierra de la Culebra en el verano del 2022. Sin embargo, este señor dirigió la acción que eliminó el fuego, limpió la sierra de la zona quemada, cubrió el terreno para evitar que las lluvias lo erosionarán, realizó las labores propias de recuperación y, hoy, la zona está en proceso de regeneración: aún sin arbolado, pero verde, limpia, con los primeros brotes que permiten pensar en una nueva reproducción de lo que fue. A pesar de todo, este señor sólo recibió el vilipendio. Apartamos a quienes cumplen y dejamos a los ecolo-jetas o acomplejados ideológicos.

¿Qué hacen en Vascongadas, con una vegetación y clima similar al de Galicia, o en Madrid, que es indiferenciable de Castilla y León, para que allí no tengamos incidencia incendiaria mientras en otros lugares arden hasta los ríos?

Por favor memoria amigo, memoria y seriedad.

 

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