A ritmo de organillo y con el mantón bien colocado, el Círculo de Bellas Artes de Madrid se transforma esta semana en una pista de baile castiza. Coincidiendo con el arranque de las Fiestas de San Isidro, se están celebrando talleres gratuitos de chotis abiertos a madrileños de todas las edades, con el objetivo de acercar esta danza tradicional a nuevas generaciones y reivindicar su valor cultural.

Durante las sesiones, que han atraído a decenas de personas, los asistentes aprenden los pasos básicos del chotis, ese baile que desde el siglo XIX forma parte del alma de Madrid. La escena es tan peculiar como entrañable: parejas girando sobre sí mismas, mientras uno de los dos permanece prácticamente inmóvil —tal como manda la tradición—, y todo acompañado de trajes de chulapo, claveles en la solapa y el característico ambiente festivo que anticipa los días grandes de la ciudad.

Pero más allá del aprendizaje técnico, los talleres también ofrecen una breve introducción al origen del chotis, una danza que, aunque de raíces centroeuropeas, ha sido reinterpretada por la cultura popular madrileña hasta convertirse en emblema local. Para muchos participantes, supone un reencuentro con recuerdos familiares o una forma de rendir homenaje a los mayores. Para otros, especialmente los más jóvenes, es una ventana nueva a la identidad madrileña.

Los organizadores, algunos de ellos veteranos en la enseñanza de bailes regionales, subrayan la necesidad de que estas tradiciones sigan vivas. Queremos que no se pierda el espíritu de San Isidro, y que los jóvenes se sumen al legado cultural de la ciudad, comentan entre bastidores, mientras preparan la siguiente ronda de participantes.

Este tipo de iniciativas apuntan a recuperar la calle como espacio de encuentro cultural, y el éxito de los talleres demuestra que, pese al paso del tiempo, el chotis sigue teniendo cuerda para rato. En plena Gran Vía, bajo la cúpula del Círculo de Bellas Artes, Madrid baila con orgullo su pasado y su presente, con la vista puesta en las fiestas que cada año llenan la ciudad de vida, música y tradición.