La vicepresidenta del Gobierno reclama al PSOE que "no le tiemble la mano" ante las irregularidades y arremete contra el PP por su doble discurso sobre el empleo
Como 'perrito sin alma': ¡Ya está bien!
Los políticos deben de dejar de vernos como 'perritos sin alma' para hacerlo como ciudadanos que exigen y a los que se les debe respeto
En la historia democrática hemos vivido como el PSOE alcanzaba las máximas cotas de corrupción, llegando a tener las manos manchadas de sangre, financiación ilegal, prostitución y drogas.
Como es el partido que, en la Segunda República -único partido nacional que vivió dicho periodo-, usó las checas, propició la guerra civil y clamó por la revolución sangrienta no les toma por sorpresa
La derecha se unió y constituyó el PP, que, liderado por Aznar, prometió regeneración ética y nos salvó de una crisis económica, pero no construyó, ni reconstituyó, los controles políticos precisos para eliminar la corrupción.
De nuevo el PSOE alcanzó el poder, mintió, se corrompió y nos llevó a una de las crisis económicas más brutales de la historia, de la que el PP nos volvió a sacar aplicando las políticas de austeridad más severas posibles, otra vez prometiendo transparencia y reconstrucción democrática y, otra vez nos engañó.
En el presente, Sánchez no sólo está acreditando los máximos niveles de corrupción económica, fiestas con prostitutas, enchufismos, cocaína, creando redes corruptas desde la propia Moncloa e intentando generar los más indecentes e inmorales modelos de control social y eliminación de adversarios, para los que tan sólo les falta la eliminación física, con el uso de jueces, fiscales, policías y fontaneros que les den cobertura.
El problema es que la derecha no sólo ahora está dividida, sino que olvida que una barca para alcanzar su destino está obligada a utilizar sus remos impulsando en la misma dirección, pues si uno sólo no se coordina con el resto, la nave como mucho girará, pero no avanzará.
Podemos volver a reclamar al PP o a Vox o a cualquier otro, que nos salve y nos prometa transparencia y honradez, pero hasta el presente todos y cada uno de los actores políticos de todos los ámbitos se han acreditado como unos mentirosos patológicos que, según tocan pelo, se transforman: Podemos en casoplones, acosadores violentos, financiación ilegal; Vox en cambios ideológicos radicales nunca explicados, incremento de salarios mientras clamaban reducción, colonizando las comunidades en pos del dorado cuando querían su destrucción, casoplones de los líderes y modelos totalitarios de actuar.
El PP tiene lo suyo y, como en su día me dijo Rajoy cuando le pregunté si acabaría con los fontaneros y personajes extraños que pululan los partidos y afirmó: creo en los cuadros y filas que componen mi partido… ¡pues eso!. Y con observar a quienes le encargan el liderazgo de la ideología del partido, a la espera de ver como caza la perrina, casi podría poner la mano en el fuego y no quemarme, que harán un pastiche que no servirá para nada o, lo que es peor, perderán las líneas básicas de la ideología liberal conservadora con la que nació el partido, eso si con grandilocuentes frases sin contenido como "somos el partido que está apegado al territorio y sus gentes", con las que hacer los que les place y se alejan del votante..
Hasta aquí una descripción del problema que se concreta en la eliminación de controles al poder, es decir, la rebaja de los elementos básicos para construir una democracia de calidad.
Desde mi perspectiva, ilusa, infantil y utópica lo que se debe de hacer es una suspensión del partido, asumir todos y cada uno de los actores que cuanto más acerques la administración al ciudadano, mayor grado de corrupción es posible y que, por tanto, el modelo autonómico exige un esfuerzo en la implementación de formas y modos de control al poder de cualquier nivel y que, por tanto, la reconstitución de los modelos de control democrático y de distancia entre los operadores de los distintos órganos que lo ejercen y el poder debe de ser mayor.
Devolvamos el recurso previo de constitucionalidad a la leyes, separemos radicalmente la Justicia de los políticos, establezcamos reglamentos que permitan el control real de la oposición al gobierno, desarrollemos un modelo representativo con una circunscripción única que evite la hiperdimensión de los pequeños localistas, establezcamos modelos formales e informales de control que exijan la máxima transparencia y la imposibilidad del nepotismo, obliguemos a la implementación de modelos de control político, penal, ético, que reduzcan a mínimos las tentaciones de manipulación, devolvamos a las empresas y organismos públicos una forma de actuación basada en el servicio al ciudadano que impidan su utilización política o de sometimiento del elector.
Los políticos deben de dejar de vernos como 'perritos sin alma' para hacerlo como ciudadanos que exigen y a los que se les debe respeto, dejar de usar el 'tu más' y, asumiendo que todos y siempre tendrán corrupción, su trabajo no es taparlo, negarlo, decir que es fango, bulo, ni insultar, sino luchar de forma eficiente y juntos contra la lacra.
Si en el PP se denuncia corrupción, debe de ser él quien primero actúe, ponga las pruebas a disposición de la oposición y someterse a la justicia, construya diques de contención entre el corrupto y el resto.
Si es el PSOE o cualquier otro, el modelo debe de ser el mismo que hemos propuesto para la derecha, no puede admitirse que el ministro de justicia deslice la existencia de corrupción judicial, el presidente, con su mujer haciendo negocios desde la Moncloa y haciendo uso de su poder, alcance una cátedra en la que no podría ni ser alumna, el hermano se coloque a dedo en un puesto que no ocupa y tribute en Portugal, el pelaó de Extremadura, y finalmente una presunta periodista se dedique a buscar la forma de eliminar civilmente a los dirigentes de la UCO para evitar que sigan investigando al jefe, para después decir que sus proposiciones eran para encontrar delincuentes, olvidando que ese modelo de actuación no sólo es falaz, sino que es un delito perseguido en el código penal.
Los ciudadanos decimos ¡se acabó! y exigimos de todos los dirigentes políticos (Sánchez, Feijo, Abascal, Diez, Belarra…etc) que se sienten, asuman que hay, puede haber y habrá corrupción en todos ellos y, asumiendo dicha situación, devuelvan los modelos, formas, entes y sistemas de control del poder al ciudadano y se sometan a su escrutinio y exigencia no sólo en la urnas, sino en el día a día de su actuar.
Los perritos sin alma, reclamamos ser ciudadanos y que nos devuelvan la democracia que quisimos desde 1978, que los políticos, la administración, el servicio público lo sea de forma efectiva y no un servicio del público.
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