Madrid vive estos días una situación excepcional debido a una intensa ola de calor que ha elevado las temperaturas por encima de los 40 grados en algunas zonas de la región. Se trata de un episodio inusual para finales de mayo, que ha generado no solo incomodidad en la ciudadanía, sino también importantes problemas en la red eléctrica.

El calor extremo, provocado por una masa de aire cálido procedente del norte de África, ha disparado el consumo energético en hogares, oficinas y comercios. El uso masivo de sistemas de climatización ha sobrecargado la infraestructura eléctrica, provocando cortes de luz en varios barrios de la capital, como Arganzuela, Carabanchel o Tetuán. En algunos casos, las interrupciones han durado horas, afectando tanto a vecinos como a pequeños negocios.

La empresa distribuidora ha advertido sobre el nivel crítico de la red y ha pedido a los usuarios que reduzcan el uso de aparatos eléctricos durante las horas de máxima demanda, especialmente entre las 14:00 y las 18:00 horas, cuando se alcanzan los picos de temperatura.

Frente a este escenario, las autoridades regionales han activado el plan de emergencia por altas temperaturas. Entre las medidas adoptadas, se encuentran la instalación de equipos de climatización en centros escolares, la adaptación de horarios en actividades al aire libre y la vigilancia reforzada en residencias de mayores y hospitales para proteger a los colectivos más vulnerables.

También se ha emitido una serie de recomendaciones a la población: evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse hidratado, utilizar ropa ligera y evitar esfuerzos físicos en las horas centrales del día. Además, se aconseja no usar electrodomésticos que generen calor, como hornos o secadoras, para reducir la carga sobre el sistema eléctrico.

La población madrileña, acostumbrada a veranos calurosos, percibe este adelanto del calor extremo como una señal clara de los efectos del cambio climático. Mientras tanto, la situación sigue siendo vigilada de cerca por las autoridades, que trabajan contrarreloj para evitar nuevos apagones y minimizar el impacto de este episodio meteorológico que, según las previsiones, podría prolongarse durante varios días más.