Madrid suma un nuevo nombre a su mapa urbano: la plaza del Tío Caracoles. Este nuevo espacio, ubicado en el corazón del barrio de Caño Roto, en el cruce de las calles Ariza, Escalonilla y Alcaraván, es un tributo a la memoria del Tío Caracoles, un pilar esencial en la crónica sonora del barrio.

Su figura es clave para comprender el nacimiento del distintivo sonido flamenco que definió a Caño Roto en la segunda mitad del siglo XX. Como guitarrista y mentor, no solo actuó en los tablaos de la capital durante los años sesenta, sino que también legó su arte a nuevas generaciones, incluyendo a sus propios hijos —Nani y Juanito— y a otros talentos locales que se convirtieron en referentes del flamenco.

Su legado va más allá de la interpretación y la docencia. El Tío Caracoles era también un luthier que fabricaba sus propias guitarras, un factor determinante en la forja de una identidad sonora única. Este sonido no solo dio origen al aclamado ‘sonido Caño Roto’, sino que también influyó en el desarrollo de géneros como la rumba catalana, consolidándose como un referente del flamenco urbano a nivel nacional e internacional.

La iniciativa reconoce la invaluable aportación cultural de este artista, cuyo impacto se extiende desde el distrito y la ciudad hasta la tradición flamenca española, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Su vida y obra son un testimonio del papel crucial del pueblo gitano en la evolución del flamenco y en la construcción del patrimonio artístico que define la identidad cultural del país.

Con este gesto, el Ayuntamiento de Madrid reafirma su compromiso de preservar la memoria del barrio y de sus referentes culturales, subrayando el rol de Caño Roto como un enclave histórico decisivo para el desarrollo del flamenco y la música popular contemporánea.