El Real Madrid salió del Ciutat de València con pleno de victorias en este inicio de Liga. Seis partidos, seis triunfos y la sensación de que el equipo de Alonso camina con paso firme y autoridad. Vinicius abrió la noche con un golazo de exterior y repartió una asistencia de lujo para Mastantuono, mientras que Mbappé, implacable en el área, firmó un doblete en la segunda parte que apagó cualquier esperanza del Levante tras el tanto de Eyong. Una victoria que no solo refuerza el liderato blanco, sino que confirma el arranque arrollador de una plantilla que combina pegada, talento y solidez.

El Levante sorprendió de inicio y ese arranque dio alas al conjunto ‘granota’, que volvió a rondar el gol con un cabezazo de Dela tras un saque de esquina, aunque la puntería le siguió dando la espalda. El Madrid respondió apropiándose del balón y empujando al Levante hacia su portería. Ryan evitó el primer tanto con una gran intervención a tiro de Vinícius y el larguero repelió después un remate de Mastantuono. La dinámica ya había cambiado y los blancos no perdonaron.

En el 28’, Vinícius abrió el marcador con un golpeo de exterior que dejó sin reacción al guardameta australiano. Poco después, el brasileño asistió a Mastantuono en una contra fulgurante que el argentino resolvió con un disparo ajustado a la escuadra.

El 0-2 parecía un mazazo, pero tras el descanso el Levante se reenganchó al partido con un tanto de Etta Eyong, que cabeceó un balón desviado por Huijsen en el minuto 54. El Ciutat de València recuperaba el pulso, hasta que Mbappé decidió inclinar definitivamente la balanza.

En el 64’, Elgezabal cometió penalti sobre el francés, que lo transformó con un lanzamiento a lo Panenka. Y apenas dos minutos más tarde, Mbappé sentenció: desmarque al espacio tras pase de Güler, velocidad imparable y definición fácil frente a Ryan.

Con el 1-4, el choque quedó resuelto y ambos técnicos aprovecharon para rotar pensando en la próxima jornada. El Madrid volvió a demostrar pegada y jerarquía, mientras que el Levante, pese a su valentía inicial, se marchó sin premio.