La guerra abierta entre Trump y Musk: Un choque de egos de consecuencias impredecibles

De aliados estratégicos a enemigos declarados: el magnate y el presidente protagonizan una ruptura con acusaciones graves, desplome bursátil y amenazas políticas.

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La guerra abierta entre Trump y Musk: Un choque de egos de consecuencias impredecibles
Trump y Musk
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 3 min.

La historia de la relación entre Elon Musk y Donald Trump es tan breve como intensa. Una alianza política tejida en medio del ascenso electoral republicano y consolidada con el nombramiento del empresario como jefe de una influyente comisión asesora, terminó por estallar este 5 de junio en una guerra abierta de declaraciones, acusaciones y consecuencias económicas que sacudieron tanto a los mercados como al entorno político en Washington.

De la cercanía estratégica a la ruptura frontal

La cronología de su vínculo comenzó en diciembre de 2016, cuando Musk se unió a los consejos asesores económicos del entonces presidente electo Trump. Sin embargo, en junio de 2017, se produjo una primera ruptura, cuando Musk abandonó esos consejos tras la salida de EE.UU. del Acuerdo de París, alegando razones ambientales.

Un acercamiento renovado surgió entre 2022 y 2023, con intercambios públicos de elogios. Trump llegó a calificar a Musk como "uno de los grandes genios del mundo", comparándolo con Thomas Edison.

El punto álgido de la colaboración llegó en 2024, cuando, tras un intento de asesinato contra Trump, Musk le dio su respaldo y se convirtió en su mayor donante individual con 250 millones de dólares. Poco después, Musk fue nombrado director del flamante Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una comisión con el objetivo de reducir el gasto público federal.

Pero lo que parecía una sinergia poderosa comenzó a resquebrajarse en 2025. El 28 de mayo, Musk anunció su renuncia a la Administración, mencionando "desacuerdos sobre el gasto gubernamental".

Solo una semana después, calificó el nuevo plan fiscal de Trump como una "abominación repugnante", afirmando que aumentaría la deuda nacional en 2,4 billones de dólares en una década.

El estallido: 5 de junio de 2025

Ese día marcó el colapso total de la relación. Trump, visiblemente molesto, expresó su "decepción" ante la prensa, insinuando que Musk había estado plenamente al tanto del plan presupuestario como líder de DOGE.

Musk respondió de inmediato desde su red X, desmintiendo esa afirmación y asegurando que el plan fue aprobado en la madrugada sin transparencia. Luego subió el tono, acusando indirectamente a Trump de estar vinculado a los archivos del pedófilo Jeffrey Epstein y apoyando un mensaje que pedía su destitución.

Consecuencias inmediatas

La crisis no tardó en impactar en los mercados: las acciones de Tesla cayeron un 14%, lo que supuso una pérdida de 150.000 millones de dólares en valor de mercado y una reducción de 20.000 millones en la fortuna personal de Musk.

Trump no se quedó atrás y amenazó públicamente con cancelar todos los contratos gubernamentales con empresas de Musk, mencionando específicamente los 5.900 millones adjudicados a SpaceX por la Fuerza Espacial y los 2.890 millones otorgados por la NASA para el desarrollo de la nave lunar Starship.

Musk contraatacó anunciando la retirada de la nave Dragon, vital para las operaciones de la Estación Espacial Internacional (EEI), y afirmó que Trump habría perdido las elecciones de 2024 sin su respaldo financiero.

Un choque de egos con consecuencias políticas

El presidente aseguró que fue él quien despidió a Musk y lo acusó de defender un mandato de vehículos eléctricos impopular. Musk, por su parte, lanzó una encuesta en X preguntando si debía fundar un nuevo partido político, obteniendo un respaldo mayoritario. También apoyó mensajes que pedían que el vicepresidente JD Vance sustituyera a Trump.

El estallido entre ambos refleja más que un desencuentro personal: expone la fragilidad de las alianzas políticas contemporáneas, el peso de las redes sociales como armas de poder, y el riesgo que implica mezclar el ego corporativo con las decisiones de gobierno.

Lo que fue una alianza de poder terminó en escándalo público, con graves implicaciones económicas y políticas que podrían marcar el rumbo del segundo mandato de Trump y el futuro de Musk como actor político en EE.UU.

 

 

 

 

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