El joven, de 17 años, habría falsificado fotos y vídeos de 16 compañeras de su centro de estudios, ubicado en Valencia
Amargo pedirá responsabilidades y asegura que hay "una mano negra con carné de policía"
Asegura que durante cuatro años ha vivido "una barbarie"
El bailaor Rafael Amargo ha avanzado que pedirá responsabilidades a las autoridades policiales por los cuatro años "de barbarie" que ha vivido desde que fue detenido en 2020, reclamando los daños que han sufrido él y su familia, tras la sentencia que le absuelve por tráfico de drogas.
Rafael Amargo ha ofrecido una rueda de prensa junto a su abogado, Marcos García Montes, un día después de conocer la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que le ha absuelto del delito tráfico de estupefacientes del que era acusado junto al productor Eduardo de Santos y al socio Manuel Ángel Batista.
Los tres han sido absueltos en una sentencia que es recurrible, al considerar los magistrados que no se cumplieron las exigencias legales para acordar las escuchas telefónicas, por lo que anulan tanto esa prueba como el registro en el piso del artista.
Amargo, que se ha emocionado en varias ocasiones en una comparecencia ante decenas de periodistas, ha dejado claro que pedirá responsabilidades a la Policía por cómo llevó a cabo la investigación, ya que lleva cuatro años de "barbarie" en los que no ha podido trabajar.
Su letrado ha precisado que en la causa ha habido "una mano negra detrás, con carné de policía", refiriéndose al inspector jefe del caso que, según ha recordado, es un mando "vinculado en la causa del comisario Villarejo con la doctora Pinto", y ha añadido que "se ha faltado a la verdad en el atestado policial, y se va a hacer la reclamación correspondiente".
Los dos arrestados intentaron escapar de los agentes, que tuvieron que perseguirlos a pie por las calles de la ciudad
Científicos del instituto Max Planck hallan indicios de moléculas orgánicas complejas, precursoras de los aminoácidos, en un disco de formación planetaria
La sentencia considera que las amenazas no eran "serias" ni "reales" y que la conducta de la mujer no estaba animada por un móvil de odio o discriminación