Por fin comienzan a caer los de la casta

imagen
Por fin comienzan a caer los de la casta
El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
El autor esEnrique De Santiago
Enrique De Santiago
Lectura estimada: 5 min.

Españoles: ¡García Ortiz ha muerto! Todos, los grandes, los pequeños, los altos, los bajos… vamos a morir de forma irremediable, pero sólo García Ortiz muere civilmente y como delincuente. El garante de la legalidad es un delincuente que destroza la legalidad.

Defender la verdad y destruir el bulo no exige realizar revelaciones de secretos, correos, ni de conversaciones entre abogado y fiscal habitual. Que todo un Fiscal General exija los correos entre los abogados y el fiscal correspondiente, por el solo y circunstancial hecho de que el implicado es la pareja de un adversario político del gobierno, es una acción que, amén de indigna e inmoral, contraviene el código penal y…él lo sabía.

Como la chica lleva el pecho al aire y la considero una sinvergüenza (vid femme) yo, fiscal, me puedo permitir el lujo de tocarle el pecho, de insultarla, pues defiendo la decencia... pues no, mire usted, eso es delito… y usted lo sabe.

Como ciudadano, como 'perrito sin alma' me siento feliz, no por el mal de Álvaro, sino por demostrar que los de la 'casta' también se ven sometidos a la Ley. Que a toda su ralea les duela, lo comprendo, pero deben de hacérselo mirar, pues son ellos los que construyeron el concepto de 'casta' como insulto que ahora, como siempre, se vuelve contra ellos.

¿Dónde está la defensa del débil, del paria, del 'perrito sin alma' que afirman defender los zurdos ¿A que sólo es débil o paria aquel que ellos definen?, Que los de su casta propia ni se van de putas, ni roban el dinero de los parados, ni montan cátedras de las que no podrían ser ni alumnos, ni se crean puestos de trabajo ad hoc para poder defraudar residiendo en Portugal mientras se ocultan en Moncloa, ni excarcelan delincuentes y terroristas por interés, ni, mientras en España morían 120.000 personas, se hacían ricos con unas mascarillas que no teníamos y que nos veíamos en la necesidad de improvisar con las copas de los sujetadores  para salir a una calle en la que nadie hacía nada más que ocultar los muertos y decir que lo hacían muy bien, mientras no había ni un mínimo protocolo que aplicar. Sí, ellos son luchadores incansables contra la podredumbre, pero han desmontado todos los delitos y modelos de control de la corrupción que se habían generado en otros momentos.

Sorprenden que se permitan el lujo de imputar el delito de prevaricación (es lo que se dice cuando se habla de lawfare) al Tribunal Supremo sólo y exclusivamente cuando no hacen lo que les gusta. No se les oye cuando han condenado a los puteros, ladrones o corruptos de otros partidos… Pues mire, cuando se hace esto sin formular una querella contra ellos, lo que expresa es la falta más absoluta de respeto al Estado de Derecho, sobre el que se ciscan, y de la democracia, en la que sólo creen si le ponemos los adjetivos de "popular" o "democrática" al estilo soviético o venezolano.

La Sentencia sólo pone de manifiesto que Álvaro es un delincuente y no un defensor de la legalidad, como era su deber; que es un simple esbirro que lucha por aquel que le puso… pues eso. La politización del proceso la generó él usando su cargo contra un adversario político del Gobierno; la mantuvo Ayuso haciendo defensa institucional de su novio, pero la remató Pedro presionando al Supremo, dictando su Sentencia pendiente de la Judicial y posicionando a un sector frente a otro, cuando la justicia no debe someterse a ese discurso. Y, si observamos cómo condenan los mismos a unos y a otros, podemos comprobar que en el Supremo no se casan con ninguno.

Cuando un Magistrado se enfrenta a un caso, se abstraen de las partes y aplican el silogismo jurídico: de hechos a los que se aplica un derecho que deriva en una Sentencia, en una sucesión lógica e inalterable.

Cuando un letrado se ve en la disyuntiva de defender a un violador, a un pederasta, a un corrupto o a un delincuente, claro que tiene una moral y una ética a la que le repugna el hecho de su cliente. En ese momento el letrado es un simple técnico que debe de evaluar los datos, pruebas y circunstancias que rodean el caso y, sin alterar, manipular, debe comprobar las técnicas que ha de aplicar para obtener el mejor resultado para su cliente, sin valorar o considerar la información que él tiene por la confidencialidad del despacho o datos externos que pueda alcanzar. Si con ello puedes obtener la libertad, es tu obligación profesional el conseguirla.

Después, en el foro interno del despacho y en la relación con el cliente, debe, es su obligación moral, exigirle la reparación del daño, criticar su moralidad y buscar la petición de perdón. Son dos aspectos importantes pero separados: la ética y la moral, por un lado, y la aplicación de la técnica, por otro.

Desde el sillón de la decisión, los Jueces y Magistrados hacen lo propio, separando la ideología y los hechos que se le presentan. Aquel que no haga esta diferenciación no es Juez, es un canalla que usa su poder para, incumpliendo su obligación, obtener una ventaja propia o ajena.

Con lo sucedido, los partidos deberían de unirse y construir juntos toda una maraña legal que fortalezca la separación de la Justicia y la Política: dejando el CGPJ en manos de los jueces, con fórmulas democráticas de votación entre todos los operadores jurídicos para su designación; fortaleciendo el poder del TS, con una independencia del TC que debiera ser designado sobre la base de su valía profesional y no de su adscripción, amén de dedicar su labor a la defensa de la Constitución sin poder ser una Sala jurisdiccional, pues no son Poder Judicial.

Habría que construir legislaciones anticorrupción, de refuerzo ético de la política, de persecución eficaz del delincuente; de fortalecimiento de las unidades de investigación de la UCO y de otros Cuerpos y Fuerzas del Estado, siempre bajo la estricta vigilancia del Juez y limitando su función a la de investigación y no la de calificación.

El problema es que no se hará lo que señalo, sino que ahora Pedro, para dar un golpe en la mesa -me convierto en la bruja lola- nombrará Fiscal General al corrupto, prevaricador y condenado Baltasar Garzón, para con ello buscar la humillación de la Justicia y presentarse como lo que es: el número uno de todo este piélago de ponzoña que ha creado desde las saunas previas a su liderazgo hasta el día de hoy, rodeado de puteros, ladrones y nepotismo.

Que Álvaro sea el primero de los de la 'casta' que va camino de Jerez, camino del penal del Puerto de Santa María, pero no el último.

 

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App