El Gobierno homenajea a los presos forzados a construir la línea de tren Madrid-Burgos

Familiares y expertos recuerdan las condiciones de semiesclavitud en las que vivieron durante el franquismo

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El Gobierno homenajea a los presos forzados a construir la línea de tren Madrid-Burgos
.-El Gobierno ha homenajeado este jueves a los alrededor de 6.000 presos republicanos que durante el franquismo hicieron trabajos forzados (EFE)
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 3 min.

El Gobierno ha homenajeado a los alrededor de 6.000 presos republicanos que durante el franquismo hicieron trabajos forzados para construir la línea de tren Madrid-Burgos, y ha iniciado el trámite para declarar como lugar de memoria los destacamentos penales donde permanecieron prisioneros.

A sus 89 años, Francisco Corella se emociona todavía al recordar a su padre, que fue uno de los presos que trabajaron como mano de obra forzada en la década de 1940 para construir esta línea ferroviaria.

"Tenía seis años, me acuerdo de todo", relata a EFE con la voz entrecortada en el acto organizado por el Gobierno, que ha tenido lugar en los restos del destacamento penal de Lozoyuela, en la sierra de Madrid, localidad de la que Francisco llegó a ser alcalde y donde estuvo prisionero su padre.

En su caso, fue testigo directo de lo que ocurrió, ya que vivió junto a su madre y otros dos hermanos en una chabola construida por ellos mismos con piedras junto a la prisión de su progenitor, con el objetivo de poder estar cerca de él y tener la oportunidad de visitarlo tras las jornadas de trabajo.

Esta costumbre fue habitual en los once destacamentos penales que todavía se conservan en pueblos de la sierra de Madrid próximos a la línea ferroviaria, a los que llegaban presos republicanos de cárceles de distintos puntos de España para seguir cumpliendo su condena mientras hacían los trabajos forzados.

Comparación con los campos nazis

El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este jueves el inicio del proceso para declarar como lugar de memoria democrática estos enclaves.

Coincidiendo con ello, ha tenido lugar el homenaje del Gobierno al que finalmente no ha asistido por un problema de agenda el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.

En cambio, sí han estado el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, y el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, que ha comparado la situación de los alrededor de 6.000 presos republicanos que construyeron la línea de tren Madrid-Burgos con la de los presos que estuvieron internos en campos de concentración nazis haciendo también trabajos forzados.

"Allí el lema fue 'el trabajo os hará libre', y aquí fue 'vais a redimir las penas'", ha dicho en el acto, al que han acudido familiares de presos, representantes de organizaciones de memoria y estudiantes del instituto La Cabrera, que imparte una asignatura optativa sobre convivencia y derechos humanos.

Condiciones de semiesclavitud

El historiador Sergio Riesco y el arqueólogo Fernando Colmenarejo han guiado a los asistentes a este homenaje durante un paseo hasta el destacamento militar de Lozoyuela.

Por el camino, ha habido paradas explicativas donde ambos expertos han destacado las condiciones precarias en las que vivían tanto los presos como sus familiares, con temperaturas extremas, sin apenas comida y en habitáculos muy pequeños.

El acto ha incluido también la representación de una actriz que se ha metido en la piel de la mujer de uno de aquellos 6.000 presos republicanos que, según ha destacado el Gobierno en una nota de prensa, permanecían en unas condiciones de "semiesclavitud".

Obras peligrosas y sin elementos de protección

El ferrocarril directo de Madrid a Burgos fue un proyecto estatal cuya construcción se prolongó en el tiempo desde 1926 hasta 1968, cuando la línea fue inaugurada, como recuerda la publicación del BOE de este jueves.

Al acabar la guerra civil, en 1939, el Ministerio de Obras Públicas del régimen franquista decide retomar las obras con mano de obra de presos republicanos a través del sistema de redención de penas por el trabajo del Patronato de la Merced, que daba la oportunidad de reducir las condenas a través del trabajo forzado.

Entre 1941 y 1955 alrededor de 6.000 presos se dedicaron a los trabajos más peligrosos y complejos, como la extracción de piedra o la perforación de los túneles, una historia que el Gobierno quiere recordar y que sigue siendo visible en los restos de sus prisiones temporales. 

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